La cría de bueyes está profundamente enraizada en la tradición rural. Nos dedicamos a buscar estos animales en las aldeas, visitando fincas y hablando con los paisanos que llevan años cuidándolos, para ofrecer una carne de calidad exclusiva que refleja todo el cuidado y la dedicación invertidos en su cría. Este proceso no solo asegura encontrar los mejores ejemplares, sino que también refuerza la conexión con una forma de vida que sigue siendo esencial para preservar la identidad cultural de muchas aldeas.
Visitar las fincas y compartir momentos con los aldeanos es una parte integral de este proceso. No se trata solo de cuidar al animal, sino de formar parte de una comunidad donde todos comparten los mismos valores: respeto por la tierra, compromiso con el entorno y una forma de vida que se transmite de generación en generación.
Estos criadores no solo mantienen a los bueyes, sino también las tradiciones que han pasado de padres a hijos durante décadas. Cada sonido, cada llamada a los animales, cada gesto aprendido tiene un significado y una razón de ser, lo cual hace de la cría de bueyes algo más que un oficio, una verdadera tradición viva.